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Influenza: ¿en qué se diferencia del resfriado común y cómo podemos prevenirla?

La influenza es una enfermedad respiratoria infecciosa que suele confundirse con el resfriado común debido a que comparten varios síntomas, sobre todo en las primeras etapas. Sin embargo, conocer sus diferencias es clave para una detección oportuna y una prevención eficaz.

¿Cómo diferenciar la influenza del resfriado común?

Ambas afecciones se manifiestan con síntomas como secreción nasal y tos, pero la influenza suele ser más intensa y repentina. Algunos signos que pueden ayudar a distinguirla son:

  • Fiebre alta de inicio súbito
  • Dolor muscular intenso
  • Tos húmeda y persistente
  • Malestar general severo

Mientras que el resfriado suele tener un inicio más gradual y síntomas más leves, la influenza puede complicarse rápidamente, especialmente en personas con condiciones de salud preexistentes.

¿Cómo se transmite?

La influenza se contagia a través de pequeñas gotitas de saliva que expulsamos al hablar, toser o estornudar, conocidas como “gotículas”. Estas pueden viajar hasta un metro de distancia, por lo que el contacto cercano facilita el contagio.

Medidas de prevención

La herramienta más eficaz para prevenir la influenza es la vacunación anual. Todas las personas, especialmente las de mayor riesgo, deben recibirla para protegerse y reducir la propagación del virus.

Otras medidas importantes incluyen:

  • Evitar el contacto cercano con personas con síntomas respiratorios.
  • Ventilar adecuadamente los ambientes cerrados.
  • Usar mascarilla o tapabocas si se presentan síntomas.
  • Mantener una buena higiene de manos, usando agua y jabón o alcohol en gel.

¿Quiénes corren mayor riesgo?

Si bien cualquiera puede contraer influenza, hay grupos que tienen más probabilidades de presentar cuadros graves:

  • Niños/as menores de 5 años
  • Adultos mayores de 65 años

Personas con enfermedades crónicas como:

  • Cardiopatías
  • Diabetes
  • Enfermedades hepáticas o pulmonares (como fibrosis pulmonar)

También se incluyen pacientes jóvenes con comorbilidades que, aunque no siempre se consideran de riesgo, pueden tener un desenlace más complicado ante la infección.

La influenza no debe subestimarse. Reconocer sus síntomas, vacunarse a tiempo y mantener las medidas de prevención son claves para evitar complicaciones y cuidar nuestra salud y la de quienes nos rodean.

Fuente: Dra. María Tafur – Médica General, CMP: 94849 / Tlf: 940426365

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