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Bagó

Automedicación: un riesgo innecesario

La automedicación se ha normalizado como una práctica aparentemente inofensiva, pero representa un riesgo significativo cuando no se consideran antecedentes médicos clave. En muchos casos, las recomendaciones provienen de personas sin formación sanitaria —familiares, amistades o personal de farmacia— que omiten preguntar por alergias, operaciones previas o condiciones crónicas. Esto puede derivar en reacciones adversas severas, incluyendo cuadros alérgicos potencialmente fatales. 

Además, conocer el historial clínico permite orientar mejor los diagnósticos. Un dolor abdominal puede tener múltiples causas, pero saber si el paciente fue operado del apéndice, si tiene antecedentes con determinados fármacos o si padece una enfermedad de base, permite al médico descartar hipótesis y evitar intervenciones innecesarias. 

El problema de la dosis 

Consumir medicamentos sin supervisión conlleva riesgos tanto por exceso como por defecto. Una dosis elevada puede provocar intoxicaciones o dañar órganos como el hígado y los riñones. Una dosis insuficiente, en cambio, suele no tratar eficazmente la dolencia y, en el caso de los antibióticos, puede generar resistencia bacteriana. Esto limita la eficacia de tratamientos futuros y representa un problema de salud pública creciente. 

También es frecuente que se abandonen los tratamientos antes del tiempo indicado, lo que agrava los cuadros clínicos y complica el trabajo médico posterior, al reducir las herramientas terapéuticas disponibles. 

Interacciones y polifarmacia en adultos mayores 

La combinación de múltiples medicamentos sin criterio médico —especialmente en adultos mayores— incrementa el riesgo de interacciones adversas. Aunque la polifarmacia no es negativa por sí misma, debe aplicarse bajo supervisión profesional, con un enfoque racional, justificado y por tiempos determinados. 

Los adultos mayores son particularmente vulnerables. Por lo general presentan enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes, dislipidemias, afecciones cardíacas o insuficiencia renal. Además, suelen consumir vitaminas, suplementos o productos de venta libre, lo cual aumenta el riesgo de combinaciones peligrosas si no existe una evaluación médica adecuada. En estos casos, incluso fármacos recetados pueden volverse perjudiciales si no se consideran interacciones cruzadas, funciones hepáticas o renales disminuidas, y efectos acumulativos. 

Prevenir desde la consulta médica 

Automedicarse no es una solución rápida, es un atajo peligroso. La única vía segura para tratar una dolencia es consultar a un profesional de la salud, quien puede evaluar el contexto clínico, los antecedentes y definir el tratamiento adecuado. En Laboratorios Bagó del Perú, promovemos el uso responsable de medicamentos y recordamos que cuidar la salud empieza por tomar decisiones informadas. 

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