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La depresión en el adulto mayor suele pasar desapercibida

Con frecuencia, la depresión en personas mayores de 60 años no se reconoce ni se trata o, peor aún, no se trata adecuadamente. En el siguiente artículo te mostramos las causas de depresión en adultos mayores y lo que puedes hacer para ayudarlos.

Sus síntomas son menos evidentes

Las personas en este rango de edad son menos propensas a reconocer que tienen sentimientos de tristeza o pena. Por lo general, se manifiestan irritables y ansiosos y presentan síntomas físicos.

Aunque reciban un tratamiento, se quejan de dolores de cabeza o trastornos digestivos y se preocupan mucho por su salud física. Como consecuencia, están tristes o pensativos, se aíslan, su humor disminuye y pierden interés en actividades que antes les agradaban.

También se quejan de deterioro de la memoria, insomnio, dificultad para conciliar o mantener el sueño, poco apetito y pérdida de peso.

Factores que condicionan la depresión en adultos mayores

Genético: Puede tratarse de una depresión personal o familiar.

Biológico: Asociado a la edad o al envejecimiento. El consumo de anticolinérgicos, ansiolíticos, corticoides y otras medicinas también estimula la depresión.

Ambiental o social: Probablemente sus amigos o compañeros de la misma edad están enfermos o discapacitados y quizás algunos ya han fallecido.

Económico: La mayoría son jubilados. Quizás su pensión no es suficiente para cubrir sus gastos y dependen de otras personas.

Tú puedes ayudarlos

Si sospechas que algún familiar tiene depresión, la mejor ayuda será que acuda a un médico que indique su diagnóstico preciso e inicie un tratamiento.

De ahí en adelante, puedes ayudarlo realizando actividades físicas, religiosas o sociales en conjunto. Es importante escuchar, tener paciencia y darle apoyo con buen ánimo.

Si hablan sobre muerte o suicidio, debes mostrar mucho interés y cuidado e informar de inmediato a su médico tratante o al psicoterapeuta.

Si no se trata, puede generar complicaciones

La pérdida de interés puede generar cuadros obsesivos compulsivos, ansiedad, pánico, pérdida de memoria, consumo exagerado de fármacos (por ejemplo, de alcohol), cambios de personalidad, aumento del riesgo de suicidio e incluso actos violentos.

Recuerda que esta información tiene un fin educativo y no debe tomarse como consejo médico, diagnóstico o tratamiento. Esperamos que este artículo haya sido de tu interés.

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Fuente: Dr. Carlos Pérez – CMP 4081

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