En Sudamérica, la diabetes y el hígado graso son dos enfermedades metabólicas que están en aumento. El 75% de los pacientes que tienen hígado graso también padecen diabetes, y los pacientes diabéticos tienen una mayor predisposición a desarrollar hígado graso.
Causas y factores de riesgo del hígado graso y la diabetes
La diabetes es una enfermedad metabólica que puede provocar una mayor cantidad de hígado graso. Los pacientes que tienen hígado graso tienen resistencia a la insulina debido a factores como la obesidad, una mayor cantidad de triglicéridos y una acumulación de grasa en el hígado. Estos pacientes también pueden sufrir de obesidad mórbida, hipertensión y resistencia a la insulina, lo que puede provocar una mayor probabilidad de padecer diabetes.
Además de la carga genética, otros factores de riesgo incluyen el sedentarismo, el consumo excesivo de azúcar y grasas, la obesidad y la hipertensión arterial. El aumento de la grasa acumulada en el hígado puede provocar una mayor cantidad de radicales libres y oxidación, lo que provoca una mayor respuesta a la insulina.
Complicaciones del hígado graso y la diabetes
Las complicaciones entre el hígado graso y la diabetes tipo 2 son importantes. Si la inflamación continua puede provocar hepatitis y fibrosis en el hígado, llegando a una cirrosis. La cirrosis puede provocar un carcinoma hepático, lo que puede ser la consecuencia de un paciente con hígado graso y diabetes tipo 2.
Tratamiento
El hígado graso y la diabetes pueden presentar complicaciones graves que afectan la salud en general. El hígado graso puede progresar a una enfermedad del hígado más grave, como la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), la cirrosis y el cáncer de hígado. Además, el hígado graso también se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y accidente cerebrovascular.
Por su parte, la diabetes mal controlada puede dar lugar a complicaciones a largo plazo, como daño a los nervios (neuropatía), enfermedades renales (nefropatía) y enfermedades oculares (retinopatía). Asimismo, la diabetes también se relaciona con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
Prevención del hígado graso y la diabetes
La prevención de la diabetes y el hígado graso se basa en hábitos saludables de estilo de vida. Una dieta equilibrada, baja en grasas saturadas y carbohidratos refinados y rica en fibra, verduras y frutas es esencial. También se recomienda la práctica regular de ejercicio físico para ayudar a mantener un peso saludable y mejorar la sensibilidad a la insulina. Además, se deben evitar el consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo, ya que ambas sustancias pueden aumentar el riesgo de desarrollar diabetes y enfermedad hepática. Mantener un peso saludable, controlar los niveles de azúcar en sangre y los niveles de lípidos en sangre también son factores clave para prevenir estas enfermedades. Es importante realizar chequeos médicos periódicos para detectar cualquier signo temprano de estas enfermedades y tomar medidas preventivas en consecuencia.
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Fuente: Dr. Ernesto Cazorla, Gastroenterólogo – CMP: 22913